“Educar en la vida y para la vida”
Este año hay mucho que agradecer,
generando vida desde lo simple y cotidiano, siendo contemplativos en los
acontecimientos que la Pandemia nos permite vivir, originando nuevos espacios en
nuestra propuesta evangelizadora, afianzando vínculos del equipo de catequistas de todos los niveles de nuestra comunidad educativa, haciendo que el Espíritu
nos impulse a ir hacia adelante.
Damos gracias por recibir la bendición en cada
rincón de nuestro colegio y le pedimos a la Virgen de la Salud que
nos proteja de la enfermedad con su manto.
Damos gracias porque los mini
misioneros mostraron en el espíritu de sencillez, servicio y disponibilidad, el
testimonio de un Cristo alegre y de esperanza.
Damos gracias porque un grupo de jóvenes de secundario nos conmovió confirmando su fe y por ser una fiesta, regalando el Espíritu con sus siete dones.
Damos gracias también porque los alumnos de cuarto grado recibieron la palabra, signo del querer hacer vida "el conocimiento interno de Jesús".
Damos gracias porque otros niños recibieron los sacramentos del bautismo y comunión, afianzando aún más la común-unión con la Parroquia San Pablo.
Gracias Señor por las
oportunidades que nos diste de rezar en comunidad y prepararnos para las
diferentes fiestas que nos dan identidad Compañía de María.
Gracias por construir juntos la
casa de Nuestra Señora y celebrar consagrando a María tanto bien recibido,
cantando y alabando al Dios de la vida por medio del Magnificat.
En este tiempo de adviento sintamos que Dios nos habla al corazón de cada uno y, a través de él, nos llama a ser misioneros para anunciar la buena noticia de Salvación.