Educación Sexual Integral
Según
el artículo 3° de la Ley 2110 "la
Educación Sexual Integral comprende el conjunto de actividades pedagógicas destinadas
a favorecer la salud sexual, entendida como la integración de los aspectos
físicos, emocionales, intelectuales y sociales relativos a la sexualidad, para
promover el bienestar personal y social mediante la comunicación y el
amor".
Hoy, como educadoras y educadores, tenemos la responsabilidad y, a la vez, la gran oportunidad de enseñar
Educación Sexual Integral en la escuela. De esta manera, contribuimos a
garantizar el bienestar de nuestros niños, niñas y jóvenes y el cumplimiento
del derecho a una educación de buena calidad para todos.
En las instituciones educativas, la
Educación Sexual Integral constituye un espacio sistemático de enseñanza y
aprendizaje que comprende contenidos de distintas áreas curriculares, adecuados
a las edades de los niños, y abordados de manera transversal y/o en espacios
específicos.
Incluye el desarrollo de saberes y
habilidades para el cuidado del propio cuerpo; la valoración de las emociones y
de los sentimientos en las relaciones interpersonales; el fomento de valores y
actitudes relacionados con el amor, la solidaridad, el respeto por la vida y la
integridad de las personas; y el ejercicio de los derechos relacionados con la
sexualidad.
Asumir la educación sexual desde una
perspectiva integral demanda un trabajo dirigido a promover aprendizajes desde
el punto de vista cognitivo, pero también en el plano de lo afectivo, y en las
prácticas concretas vinculadas a la vida en sociedad.
Con respecto al plano de la
afectividad consideramos que, desde la escuela, es posible trabajar para
desarrollar capacidades emocionales como la solidaridad, la empatía y la
expresión de los sentimientos, en el marco del respeto por los demás.
También, se contempla una dimensión más
relacionada con el saber hacer, en que se promueve la adquisición de prácticas,
como la posibilidad de decir “no” frente
a la coacción de otros, el fortalecimiento de conductas de cuidado personal y
colectivo de la salud, y también de habilidades psicosociales, como la
expresión de sentimientos y afectos.
Sabemos que no es una tarea
sencilla y es un camino que debemos recorrer juntos.